Estaba en un negocio y me acusaban de robar una colita para el pelo, de las anchas de lana. La chica que atendía me dice que me habían visto y entonces me deja de hablar. Yo me escapo corriendo y la gente me mira como sospechando y yo tengo puesta una tanga azul.
Después veo hacia adentro, desde la puerta de una pieza sin ventanas, donde están dos gordos con bigote, uno con barba y el otro sin, sentados en dos sillas alrededor de una mesa de madera. Ellos se admiraban mutuamente, pero sobre todo uno de los dos, que para acentuar su admiración le toca el brazo al otro. En un soporte metálico negro, desde el ángulo de la habitación opuesto a mí, hay un televisor. Yo veo que una presentadora de la Televisión Española informa sobre el paso de la tormenta perfecto por la costa argentina. Todo estaba devastado y se podían ver imágenes desde un helicóptero que sobrevolaba la zona. Los sobrevivientes habían fundado el gremio del claro de la tormenta perfecta.
En la filmación desde el helicóptero empiezan a verse más detalles de las casas destruidas en un country. Cada casa conserva su estilo arquitectónico en la forma y en el fondo de las piletas que están en sus respectivos patios. En una casa, con estilo Luis XV, similar a un castillo francés, se ve la destrucción y se ve que su pileta tiene, en el fondo, ventanas y demás adornos, del mismo estilo que el resto de la casa. En una ventana que no da a ningún lado, hecha en el fondo de la pileta, se ve una montaña de champignones. Los franceses dueños de la casa empiezan a comer los champignones con pan y se empieza a descubrir la cara color lila de un muerto bajo los hongos.
domingo, mayo 18, 2008
Onírico 1 (del cuaderno rojo)
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